AMOR, ODIO Y OTROS SENTIMIENTOS
No
sé cuándo llegó el final de este principio. No sé dónde se rompió el fino hilo
que lo sostenía.
Quizá
lo dejó flojo la desesperanza. Quizá se dio de sí de tanto forzarlo o se heló por
mis frías palabras, o se quemó por el calor de la ira.
No
sé cuándo acabará esta agónica escena. No sé cuánto durará su energía forzada
por sonrisas falsas.
Todo
empieza y todo acaba, nada persiste, ¡nada!
El
amor es como el buen café, sin mezclas, endulzado lo suficiente, caliente, para
que se expanda su aroma y penetre en nuestros sentidos, provocando que nos
apetezca, y así lo deseemos.
Sí,
el amor es como una taza de café, al principio lo tomamos por capricho y nos
gusta, repetimos, lo convertimos en adictivo y sentimental, haciendo de los
sentimientos los posos del café, exprimiéndolos hasta sacar la última gota de
esa droga que nos hace sentir bien. Sentimientos y posos, estos se quedan secos
al darlo todo, se pierden en el aire con exhalar un suspiro, desaparecen. Pero las
adicciones no son sanas y es mejor dejarlo antes de que nos asquee y reneguemos
de él, alegando como defensa que de repente, así sin más, no nos cae bien.
Por
que como si de un ligero parpadeo de ojos se tratara, del amor al odio se
pasa.
Oscura Forastera
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