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Mostrando entradas de diciembre, 2012

DESPEDIDA

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Después de la despedida, tan sólo queda el amargo recuerdo de lo que fue y no pudo ser. Queda en nuestra mente la insatisfacción al no poder remediar ciertas situaciones, el remordimiento al pensar si hicimos todo lo que en realidad podíamos hacer, la conciencia merodeando a nuestro alrededor, para no dejarnos dormir. Pero lo peor es la pena por la pérdida y el pesar que eso conlleva en nuestros corazones. El dolor agónico e irremediable que rompe nuestra alma y sólo podemos expresarlo con lágrimas. La pena se convierte en extrema si la persona que perdemos es alguien a quién amamos, alguien que compartía su vida y su amor. Ese alguien es imposible que lo reemplace otra persona, al menos eso es lo que pensamos después de vivir su muerte, su dolor, después de sentir su desesperación por amarrarse a la vida. Por su lucha por seguir entre nosotros un poco más. Pero cuando el tiempo está contado, no nos permite ralentizarlo. Después de toda esa lucha inválida, después de la marcha

EL EJECUTIVO EJECUTADO

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El alba se dejaba ver entre la niebla de la mañana, todo parecía desierto y algo funesto. En el aeropuerto tan solo se veía el despegue de aviones: el ejército estaba revuelto aun, las noticias corrían como balas en busca de mentes confusas que perforar. Estoy esperando desde la madrugada, mi traje chaqueta y mi abrigo de piel no me cobijan del frío, hace casi dos horas estaba entre los brazos de la mujer más exquisita y maravillosa que he conocido, he debido de mentirle y decirle que viajaba a  Lóndres  por asuntos de trabajo; después de más de diez años de espía, trabajando para el gobierno de su Majestad, he aprendido a mentir, pero esta vez me ha costado, Carla me gusta, creo que si todo sale bien me dedicaré a ser lo que tantos años llevo diciendo que soy, un simple ejecutivo en una empresa de seguridad, mientras tanto aquí estoy, esperando. Debo dar la noticia y no aparece mi confidente. A lo lejos veo una figura, parece que se acerca hasta mí entre la espesa niebla, sí, es