REENCUENTROS
SIN DEFINIRSE
Últimamente
los días pasan rápidos, con prisas inciertas, con ganas de no dejar huella, ni
un ápice de su paso por nuestras vidas.
Días
extraños, raros y llenos de incertidumbre. Ni soleados ni nublados, ni fríos ni
calurosos, indefinidos.
Ya
se han ido las golondrinas, se caen las hojas del árbol. Sí, ya sé que es un
otoño más, sin ganas de vivirlo, lleno de dudas y preocupaciones. Un otoño
cargado de prematuras hojas caducas, de frutos sin sabor, de colores borrosos,
indefinidos.
Vivimos
asqueados por fuera y rotos por dentro, aunque lo gritemos a los cuatro vientos
nuestras voces están apocadas, como una lengua extraña.
Estamos
congelados en la lógica, de algo que no sabemos curar, las almas rotas lloran y
no podemos ni sabemos consolar. Solo nos queda pensar en el próximo presente,
que es el mañana instantáneo, que llega dentro de unas pocas horas y que nos
reclama obediencia.
¡Dictadura!
NECESIDAD
Necesito
gritar, encoger el alma y hacerme de hielo.
Necesito
llorar, secar mis venas y dejar el lamento suelto.
Necesito
penar, dejar correr el dolor y sin más hacer que no duela.
Necesito
ver, oler y saborear el destierro de mi infame vida, revuelta, estéril, dividida
entre el bien y el mal.
Necesito
esconder los sentimientos que me obligan a ser diferente.
Necesito,
no, quiero soledad, pura y dura, sin filtros, soledad hasta que grite, ¡basta!
DUELE
El
dolor acongoja mis sentidos y ni el más fino de los cuchillos lo rompe, para
poder envenenar de recuerdos mi frágil mente.
No
quiero respirar este aire que me ahoga, no quiero contener en mis pulmones nada
que contenga vida, quiero ser más fuerte al sentir pena, ingrato sufrimiento.
No
imagino la vida rota para siempre, pero sí puedo imaginar lo que es esta
muerte.
En
mis sueños me lo muestras, me haces sentir ese frío, miedo y ese ardor que
quema mi más duro ser.
No
puedo imaginar que puede sentir el frágil polvo, que quiere volar y dejar de
estar enjaulado, solo y oscuro.
NEGRO
El
luto no ayuda y el amor tampoco.
El
recuerdo nos presta la agonía,
de horas enteras,
de miradas inciertas, de rotura del habla,
de
gritos agónicos,
de almas en pena.
El
anochecer acecha,
se
cobra una vez más el tiempo,
rasgando
al delirio.
El
negro que no nos deja ver su descanso,
tan solo nos muestra nuestro dolor y nos deja
ciegos.
CAMBIOS
Se
avecinan cambios bruscos, no hacía falta ser muy intuitivo para verlo. No hacía
falta ni ser listo ni tonto, para ver su reflejo, su hedor y miedo.
Los
cambios en el reencuentro de seres, de sentimientos, de ardores de estómago y
palpitaciones de riesgo.
El
dolor que se genera es atroz y delincuente. Sí, ya que nos roba la paz y nos
deja sin lo que queremos a raudales.
Se
avecinan cambios estacionales, físicos y fríos.
Se
avecinan olvidos casuales, sentimientos de culpa por la pena que genera el
luto.
SE DURMIÓ
Se
durmió.
Las
manillas del reloj lentas en su agonía, ahora corren desbocadas.
Como
el tiempo no se detiene ante nada ni nadie, no nos dio tiempo muerto para
reaccionar, para nada, el destino miserable llegó e hizo su parte.
Se
durmió.
Y
se llevó en el sueño eterno nuestro amor por ELLA.
Nos
dejó el dolor que no quería, pues lo había olvidado.
Nos
dejó sentimientos desordenados, puros, sentimientos saltarines que nos arrancan
sonrisas y nos sanan el alma.
Se
durmió y nos hizo despertar.
TREINTA DÍAS
En
el tiempo transcurrido no hayamos paz, no queremos ver pasar el tiempo que poco
a poco, de gota en gota, va calmando el alma y dejando tranquilos los
sentimientos, para que se posen en su sitio.
En
este mes desierto de sus besos, sus sonrisas, sus miradas…
En
este desierto de su amor terrenal, en este mes transcurrido nada se puede hacer
para no sentir su falta.
Treinta
días tristes, por su marcha eterna, treinta besos dados con los ojos cerrados y
llenos de lágrimas.
Cuánto
amor te llevaste MAMÁ y cuánto amor nos das.
En
mi alma acongojada, recojo todos y cada uno de tus recuerdos, velándolos, como
el tesoro que son para todos.
AÑORANZAS
“Dibujando”, la mirada
en su rostro, intentando volver a ver esa chispa de vida.
“Tatuando”, en mi
memoria su sonrisa noble, haciendo que su rostro brille por su dulzura.
“Intentando”, no olvidar
sus gestos, sus miradas, su voz.
“Deseando”, que no pase
el tiempo, para poder recordarla siempre, a pesar del vacío que dejó su
frenética ida.
“Queriendo”, saber el
cómo y el por qué, de su adiós prematuro, que nos dejó sin aliento, sin ritmo
cardiaco.
“Asumiendo”, esa marcha
repentina, como el tiempo pasa arrollando las horas, raudo, sin dejarnos nada
para el recuento.
“Recordando”, sus
manías, sus promesas, sus besos y abrazos, sus secretos, los que se llevó con
ella.
“Viviendo”, por su
causa, por su herencia de vida, del amor por los suyos, los que la amamos y
añoramos más y más cada día.
“Llorando”, sin su
presencia física, sin su perfume, sin su risa…
A
MI MADRE, CON TODO EL AMOR QUE ME DAS.
OSCURA FORASTERA
Comentarios
Publicar un comentario