EVA LIFE & PARADISE
Qué
bueno sería que los sueños bonitos se hicieran realidad, que las pesadillas
pasaran a la historia como actos olvidados en algún lugar perdido de nuestras
mentes. Pero es imposible que esto se cumpla, pues los recuerdos no se pueden
olvidar. Mueren cuando la persona pierde el control de su mente y queda
suspendida entre la niebla espesa de la sinrazón.
Por
todo esto, he inventado un perfume. Sí, leéis bien, un perfume, único, unisex. Creado
con miles de notas de colores, aromas conocidos y mucho más que no revelaré.
Hoy
me encuentro frente al mostrador de patentes, con mí perfume en la mano. La
señorita que me mira lo hace intentando parecer indiferente, pero mi apostura,
no se lo permite. El atractivo es un imán, las ropas, los gestos… no me pueden
imitar, ser único es mi mayor poder.
Después
de rellenar varios documentos y dejar constancia de que nadie había creado
semejante olor y, de que mi intención era comercializarlo, llegó la hora de
ponerle nombre a mi creación. EVA LIFE & PARADISE.
Un
nombre nada sospechoso…
Con
toda seguridad, aquella mujer abriría el pequeño frasco, lo decían sus ojos y
casi pude leer su pensamiento “En cuanto esté sola tengo que olerlo” La
curiosidad mató al gato.
No
habían transcurrido ni cinco días desde que patenté el perfume, cuando llegó la
primera carta certificada.
¡Bien!
El Ministerio de Sanidad, le daba el visto bueno. Mi creación era inocua para
el ser humano, podía comercializarlo.
Los
dos primeros meses en los que se puso a la venta, fue una verdadera locura,
empresas dedicadas al sector se ponían en contacto conmigo, me ofrecía miles de
euros, incluso millones por comprar la fórmula de semejante perfume. Desestimé
todo.
La
línea de perfume EVA LIFE & PARADISE, se podía adquirir en cualquier
comercio, en cualquiera de sus variadas versiones, esencia, perfume, agua de
colonia, cómo gel o sales de baño, polvos de talco, pastilla de jabón para las
manos, ambientador para el hogar y el coche, detergentes aromatizados,
suavizantes para la ropa, así casi cien
versiones del producto.
Esta
fama era debida al efecto del perfume, con tan solo olerlo, cambiaba el estado
de ánimo. Sintiendo alivio, tranquilidad, alegría, incluso los problemas eran
menos cuando se abría un frasco de mi perfume. Quien lo usaba comprendía mucho
mejor a la humanidad. Era increíble ver a los gobernantes sonreír, hablar con
amabilidad e imponer su mandato y condiciones, sabiendo que serían aceptados por
los demás, sin poner trabas a los proyectos de Ley.
Si
una vecina tendía la ropa chorreando agua y mojaba la de la vecina de abajo,
estas no discutían. Algo insólito. Ya que en el caso contrario se habrían
puesto a parir, pero ahora solo se decían… “Ten cuidado cariño que tengo la
ropa tendida” “Lo siento, no me di cuenta” Para mí, que el perfume no me hace
ningún efecto, era increíble ver como un coche daba un golpe a otro y los
conductores salían de sus respectivos autos preocupándose por el estado del
otro, sin importarles los daños materiales, dándose el parte de accidentes tan
cordialmente que me resultaba cómico. En definitiva la mezcla de mi creación
mejoraba al ser humano y lo cambiaba de manera radical, pero paulatinamente.
Las
fábricas lo utilizaban para perfumar los filtros de sus grandes chimeneas, el
olor salía de los tubos de escape de los vehículos, daba igual de gasolina o
gas oíl.
El
amor se incrementó, los nacimientos.
Los
pobres que pedían recibían, los presos eran admitidos sin perjuicios de nuevo
en la sociedad. El castigo era una atrocidad.
Diferentes
religiones invadían los hogares, la Iglesia Católica ya no podía adoctrinar a
la fuerza, ni imponer su miedo hacia su máximo mandatario, Dios. Estaban tan
influenciados como el resto de la humanidad.
“Inocuo
para todo ser humano, libre de contaminantes para la naturaleza”
Pero
como les he dicho antes, a mí, no me hacía sentir ni mejor ni peor, tan solo
hacía engordar mis cuentas bancarias procurándome una vida llena de lujos.
De
los insalubres lujos de la cadencia de la humanidad, alcohol, drogas, sexo,
viajes sin privaciones. Una vida privilegiada que nadie envidiaba, que nadie
criticaba. Excepto unos cuantos, una pequeña minoría, a los que llamaban locos
cuando decían que el perfume tan solo era una ilusión y que no existía para el
bien, sino que era su propio mal. Entre esos locos estaba incluidos algunos
escritores, músicos, artistas pictóricos…
Unas
gotas de olor, creadas y compuestas por todas las atrocidades y barbaridades
cometidas por el ser humano durante décadas. Crímenes contra el reino animal y
vegetal, genocidios contra ellos mismos. Cada vez que se abría un frasco de EVA
LIFE & PARADISE, se escapaba un grito de dolor, absorbiendo sus cuerpos el
líquido vital en esencia de otras vidas, adorando con los ojos su tono rojizo,
debido a la sangre derramada en los campos de batalla. Unas cuantas gotas reducidas
y envasadas, eran suficientes para cambiarles.
¡Lo que un perfume puede lograr!
Me
debería sentir bien, pero lo único que sentía era el desprecio hacia todos
ellos, el asco que me producía tanta hipocresía disfrazada de honestidad
gracias a mí perfume. Todo material, nada espiritual. Vivían una mentira y
preferían ignorarlo, si todo iba bien, para qué molestarse. Se habían despegado
de la incredulidad, dando credibilidad sin importancia a cuanto sucedía, todo
era bueno por muy malo que pareciera ¡Consumistas de vidas!
Lo
pútrido del mundo me estaba agotando, sabía que no tardaría en desaparecer y
volver al lugar del que había salido, llevándome la fórmula de tan grandiosa
creación.
El
final llegó, sin hacerse esperar, abrí los ojos…
EVA
LIFE & PARADISE, paso de ser un buen sueño, para darme paso a la pesadilla
del despertar a la realidad.
Debo
confesar que, de cuando en cuando, ese aroma pasa inadvertido entre nosotros,
lo sé, yo sí puedo olerlo y me da PAZ.
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