POR UN SEGUNDO
Toda su vida se la había pasado corrigendo a los demás,
recordándoles lo que no hacían bien.
<<Carlos, hijo, debes aprobar todas las materias, no te
puedes permitir pasar de curso con una suspensa, lo mejor es tener todas
aprobadas>>
<<Mírame, yo siempre cumplo con las normas, haz lo
mismo, no te permito que las ignores>>
<< ¿Ves aquel? No se puede hablar por teléfono
conduciendo>>
<<Hay que tener calma en todo momento al volante de un
coche por muy urgente que sea>>
<< Ponte el cinturón, ¿no ves que yo siempre lo hago?>>
En un segundo vital, todo esto le llegaba a su mente en el
momento en el que salió conduciendo deprisa de su empresa, hablando por el
móvil, entrando en la carretera general y sin el cinturón de seguridad
abrochado. Con un rápido vistazo a su alrededor se dio cuenta de todo, soltó el
móvil sin colgar la llamada en el asiento.
—¡Joder! —exclamó al ver que iba a más de 150km/h cerró los
ojos en el momento en el que aquel motorista se le venía encima, ya que él había invadido el carril contrario.
Abrió los ojos al notar un fuerte impacto en su pecho
acompañado de un crujido doloroso contra el volante, la luna delantera se hacía
añicos ante su cara, vio en cada trozo de cristal el rostro de sus hijos, de su
esposa, de él mismo, el airbag explotaba en esos momentos, sintió el impacto de la rueda de aquella moto contra su cabeza y golpear su espalda contra el asiento,
escuchaba a su mujer hablarle desde el móvil.
—¡Cariño qué pasa! Ya me llevan al paritorio, ¿qué es ese
ruido mi amor? ¿Cariño?
No podía cerrar los ojos y mientras su corazón daba sus últimos
latidos, su mente se quedó en vacío, su mirada perdida en algún lugar en el
techo de su coche y en la radio sonando el final de una canción de Asfalto… ¡Ha
llegado tú final!
Oscura forastera
Muy el relato, pero desgraciadamente tan real como la vida misma.. Sobrecogedora la forma en que lo cuentas, muy "visual". El final muy "siniestro", pero no todo tiene un bonito final como en los cuentos de hadas.
ResponderEliminarQuizás deberían leerlo todas esas personas que no tienen precaución al volante, a veces por despiste, otras por falta de interés y otras por ingerir alcohol o drogas, u otros derivados que perjudican seriamente los reflejos.
Un saludo